En un siglo agitado por luchas políticas, tensiones religiosas, nuevas tecnologías y revoluciones culturales, Don Bosco, un hombre de fe con una dedicación total, logró transmitir un mensaje de “razón, religión y cariño” a miles de muchachos abandonados, atraídos por su afabilidad y su familiaridad con Dios. Así superaron la pobreza, la ignorancia y el desamparo social, y sintieron la emoción de sentirse queridos.
¡Un santo realmente encantador!