🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Domingo 11 de octubre de 2020

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (22, 1-14): «En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran:
«Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda».
Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, las cuales dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados:
«La boda está preparada, pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos e inviten al banquete de bodas a todos los que encuentren».
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?»
Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados:
«Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos».

Jesús nos invita a su banquete. Muchos no quieren, otros vienen pero sin el traje de la gracia.

Pasa mucho hoy en día con nuestra santa misa, muchos vienen y quieren comulgar sin el traje de la gracia. Y si comulgan de esa manera seguro que se encontrarán con Jesús más adelante cuando lleguen a la eternidad, y Jesús tenga que decirles: «Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera a las tinieblas, allí será llanto y desesperación».

Continua el evangelio: «porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

Hay muchos que trabajan en nuestra Iglesia pero sin el traje de la gracia. Muchos quieren trabajar a su manera, hacer su propia religión, son pocos los escogidos que realmente son fieles a Dios, a su voluntad.

Son pocos los que buscan verdaderamente la santidad.

Pidamos a nuestra
Madre Santísima la gracia de perseverar en la fe y en la gracia de Dios, hasta llegar a la eternidad. A.M.D.G.