🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Domingo 19 de julio de 2020
Jesús nos dice al comienzo del evangelio de hoy, de San Mateo (13, 24-43): «El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en el campo, pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue».
Qué importante esta enseñanza para discernir y separar lo bueno de lo malo. Satanás aprovecha el momento justo, cuando todos están dormidos y así siembra duda, confusión, trata de alejar a la oveja del buen pastor.
El enemigo sabe que la oveja tiene sentimientos, él es muy astuto, y utilizará este medio para perturbar su interior. Este ser maligno hasta se viste de ángel luz con tal de alejar a un alma del santo camino y sembrarle dudas y confusión.
Siempre trata de manchar la santa obra de Dios, para que no dé muchos frutos, o mucho trigo, como dice la parábola de hoy.
Es tal la astucia del enemigo que se viste con piel de oveja, entonces sobreabundan en estos tiempos mensajes que dicen ser de Jesús o de la Virgen, pero son falsos, y mantienen a muchas personas asustadas y agitadas, para hacerlas cometer muchas imprudencias.
Y no solamente lo hace vistiéndose de ángel de luz, sino que incluso a cara descubierta, a través de un amigo cercano, quien nos siembra dudas y confusión. Por eso Jesús llegará a decir a Pedro: «Retírate de aquí satanás porque tus pensamientos no son los de Dios».
Podemos interpretar que estamos dormidos cuando no rezamos lo suficiente, es el mismo Jesús que nos responderá: «orad para no caer en tentación». Estamos como dormidos también cuando no practicamos la santa humildad, el amor propio nos hará tomar malas decisiones.
El maligno es un buen cazador, llega en el momento oportuno para sembrar la cizaña. Por eso debemos ser dóciles al buen pastor, la humildad es una virtud clave para combatir o descubrir al maligno disfrazado con piel de oveja.
Se cuenta en la vida de san Felipe Neri que había una persona que tenía fama de santidad y él fue a visitarla para comprobar si esto era cierto. Cuando llegó a la puerta de su casa le pidió a esta mujer que le limpiara los zapatos porque había llovido y estaban embarrados, pero esta mujer se negó a hacerlo. Entonces así él se dio cuenta que no había santidad en ella, no había espiritu de humildad, ni humillación ni obediencia.
Así podemos descubrir a las almas que no son de Dios.
Pidamos a nuestra Madre Santísima no estar dormidos o descuidados de nuestra vida espiritual para que satanás no siembre cizaña en nuestro interior, para que no siembre duda ni confusión, que no nos dejemos llevar por los sentimientos, sino más bien la razón iluminada por la fe. A.M.D.G.