ESPADA ESPIRITUAL
Martes 4 de agosto de 2020

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (15,1-2.10-14):
«Entonces, unos fariseos y escribas de Jerusalén se acercaron a Jesús y le dijeron:
«¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros antepasados y no se lavan las manos antes de comer?».
Jesús llamó a la multitud y le dijo: «Escuchen y comprendan.
Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella».
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oírte hablar así?».
El les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz.
Déjenlos: son ciegos que guían a otros ciegos. Pero si un ciego guía a otro, los dos caerán en un pozo».

Qué importante la última parte del evangelio que nos dice Jesús que si escuchamos a gente ciega (espiritualmente) o sin fe, sembradora de cizaña y dudas, seguro que caeremos en ese espíritu.

Por eso decía Don Bosco que si nos juntamos con buenos y santos compañeros saldremos virtuosos.

En este día que celebramos a San Juan María Vianney, podemos decir de él que muchísimas personas lo buscaban para confesarse, incluso de países lejanos, porque irradiaba mucha santidad.
Contrariamente al hombre ciego que nos habla el evangelio, que nos lleva a la oscuridad, él infundía luz y santidad a todas sus ovejas.
En su vida fue testigo de grandes conversiones, a tal punto que el príncipe de las tinieblas no soportaba el bien que hacía y muchas veces lo molestaba de noche, no lo dejaba dormir, le quemaba la cama, etc.

Cuántas almas santas como él se necesitan en este mundo para alejar tanta oscuridad.

Pidamos al santo Cura de Ars ser luz del mundo en estos tiempos. A.M.D.G.