🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Viernes 14 de agosto de 2020
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (19, 3-12): «En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron:
«¿Puede uno separarse de su mujer por cualquier motivo?»
Jesús les respondió:
«¿No han leído que el Creador, desde el principio, los hizo hombre y mujer, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos uno solo? De manera que ya no son dos, sin uno solo. Por tanto, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre».
Ellos le dijeron:
«Entonces, ¿por qué mandó Moisés que el marido diera un acta de divorcio a su mujer para separarse de ella?»
Jesús les dijo:
«Moisés les permitió separarse de sus mujeres por la incapacidad de ustedes para entender los planes de Dios, pero al principio no era así. Ahora yo les digo: El que se separa de su mujer, excepto en caso de unión ilegítima, y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le dijeron:
«Si tal es la situación del hombre con respecto a su mujer,es mejor no casarse».
Jesús les dijo:
«No todos pueden hacer esto, sino sólo aquéllos a quienes Dios se lo concede. Algunos no se casan porque nacieron incapacitados para eso; otros porque los hombres los incapacitaron; y otros eligen no casarse por causa del Reino de los cielos. Quien pueda poner esto en práctica, que lo haga».
Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre. Nos lo dice Jesús, nuestro Dios, el fundador de nuestra Iglesia. Es su voluntad, y tanto al matrimonio como al sacerdocio, lo elegimos libremente, entonces después debemos mantenernos fieles a esa decisión. Por eso debemos edificar nuestra casa sobre roca.
Hoy tenemos presente a San Maximiliano Kolbe, un sacerdote que edificó su casa sobre la roca. Su amor a Dios era muy grande, tanto, que hasta al martirio fue con alegría, sin renegar de Dios ni de la vida.
Pidamos a san Maximiliano la gracia de la fidelidad a Dios. A.M.D.G.