“Cada vez que nos reunimos en la Eucaristía somos fortalecidos en la santidad y renovados en la alegría, pues la alegría y la santidad son el resultado inevitable de estar más cerca de Dios. (JUAN PABLO II, Hom. 2-II-1981).”

    San Felipe Neri, el Santo de la Alegría y amabilidad, confesor, fundador de la Congregación del Oratorio, Patrono de educadores y humoristas, recibió el don de la curación, de profecía y poder leer los pensamientos de otros, pero fundamentalmente recibió de Dios el don de la alegría y amabilidad, tan necesarios en esta época que estamos viviendo.
   Felipe, se dedicó hacer apostolado y enseñar el catecismo a los pobres. Roma se encontraba en un estado de ignorancia religiosa, los sacerdotes abandonaban a la feligresía y las iglesias, y las costumbres de la época no eran las mejores.
  Durante 40 años fue el mejor catequista de Roma y logró transformar la ciudad. Su activo apostolado comenzó con la visita a hospitales, después empezó a frecuentar las tiendas, almacenes, bancos y lugares públicos, exhortando a las personas a servir a Dios, siempre con alegría y amabilidad.
   En una época de ironía y sarcasmo, San Felipe Neri era un signo de contradicción porque era feliz, siempre gozándose en el Señor y dirigiendo a otros a descubrir su alegría.
   El Padre Rene Cari, es un fiel representante de la mística de San Felipe Neri en la obra de amor por los que sufren; recuerdo que luego de un día muy agitado, en una reunión le pregunte ¿Padre, usted es feliz? Y me respondió: “lo contrario es la tristeza y no sé qué es la misma. Claro, vivo feliz y alegre y agradecido a Dios”
   En su corazón, cada persona quiere ser feliz, pero frecuentemente no sabe cómo, es por ello que cada vez que nos reunimos en la Eucaristía somos fortalecidos en la santidad y renovados en la alegría, pues la alegría y la santidad son el resultado inevitable de estar más cerca de Dios.
   San Felipe Neri entregó su alma a Dios el día 26 de mayo de 1595, siendo canonizado apenas veintisiete años después, junto con San Isidro Labrador, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y Santa Teresa de Ávila.
Paz y bien.
Alexis Cartasegna