La trama comienza con la entrada de Santa Bernadette en el convento. En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba: «Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Santísima Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores».
En esta película aprenderemos que para ser santos no hace falta tener grandes revelaciones, sino practicar con mucho amor todas las virtudes. Santa Bernardita, a pesar de haber visto a la Virgen en reiteradas ocasiones, se santificó alcanzando heroicamente la virtud de la obediencia y la humildad con sus superioras que la trataban con mucha indiferencia.