Este testimonio nos contó hoy viernes 15 de abril, después de la misa de sanación, y lo que le pasó fue hace dos años. En ese momento Marisa sufría de “Síndrome vertiginoso posicional palosístico benigno” (pérdida del equilibrio, visión y audición).
Por medio de una tía llegó a la Parroquia junto a su marido. Durante la Misa se sentía muy mal, estaba mareada, sentía que todo le daba vueltas, no podía ver con claridad al Padre. El ruido de los micrófonos le molestaba tanto que debía taparse los oídos.
Incluso al verla tan bien y a modo de chiste le pregunta: “¿Tomaste agua milagrosa?”
Al término de la misa el Padre René rezó por ella (imposición de manos) y le indicó que tomara el agua exorcizada y que rezara. Ese día llegó a su casa mucho mejor. A la semana siguiente volvió a la misa mucho mejor y al día siguiente en el consultorio del otorrino donde se atendía, el médico le hizo los controles y la encontró muy bien, le quitó los corticoides y el antivertiginoso que venía tomando por su enfermedad. Incluso al verla tan bien y a modo de chiste le pregunta: “¿Tomaste agua milagrosa?” Después de esto siguió viniendo a las misas de sanación sin tratamientos médicos haciendo una vida normal, manejar, e ir al gimnasio que antes no podía.