¿Por qué la práctica del yoga es anticristiana y tan nociva para el alma?

            Se suele pensar que el yoga consiste simplemente en unos ejercicios de relajación y estiramiento que son muy propicios para mejorar la salud. Esto definitivamente es falso. 

         Hay que entender cuál es el verdadero objetivo del yoga. La palabra yoga significa “unión”. Mediante esta práctica se induce a la persona a creer que dentro nuestro hay una divinidad y que debemos lograr unirnos con ésta para lograr la liberación de la persona, así como también despertar la conciencia para iluminar el conocimiento. Como se puede observar, son logros muy atractivos.

         El método se basa en unas posturas corporales combinadas con ejercicios de respiración y con la utilización de “mantras”. Los “mantras” son pequeñas frases que invocan a deidades.

         La práctica del yoga es muy peligrosa porque la persona abre puertas al demonio, se está relacionando con una divinidad o deidad que no conoce y por tanto se está exponiendo a la acción extraordinaria del demonio.

           El que practica yoga cree que el mundo, con todo lo que hay en él, es un dios impersonal, y precisamente cuando se hacen esas respiraciones profundas se quiere lograr que la mente quede en blanco para que la persona se una estrechamente con este “dios” impersonal que hay en la creación. De tal modo, el hombre comenzaría a llevar esta divinidad en sí mismo logrando alterar su estado de conciencia a tal punto de llegar a no sentir el cuerpo, el hambre, el dolor, la respiración, ni el medio ambiente. Esto es muy nocivo por dos razones: primero, al dejar la mente en blanco, el demonio aprovecha para entrar;  a esto se suma que las posturas por sí mismas, comunican símbolos que dejan también una puerta abierta a la interacción con el demonio. 

            Por todo esto afirmamos que el yoga es incompatible con el cristianismo. Se contrapone diametralmente, ya que la esencia del cristianismo es dar la vida por amor a Dios y al prójimo, y el yoga es el ensimismarse olvidándose de los demás.