El pasado domingo 13 de noviembre, una gran cantidad de feligreses venidos de varias regiones del país vivieron una Misa celestial. Se sintió el fervor a la hora de adorar al Santísimo Sacramento y se vivió con mucho silencio y recogimiento toda la ceremonia celebrada por el Padre René Cari.

   La llegada de tantas almitas sedientas del amor de Dios nos alegró de sobremanera, y todos los miembros de la Obra intentamos servir con nuestra mayor generosidad a Dios a través del servicio a los hermanos.

   La Santa Misa por los enfermos y afligidos es un regalo del Reino de los Cielos para esta tierra, regalo otorgado por manos de Jesús Misericordioso al Padre René para la sanación y liberación de muchas personas oprimidas.