Compartimos esta hermosa oracion al Cristo del Consuelo:
En este día, CRISTO DEL CONSUELO,
vengo a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Ti mi soledad,
cuando en la Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias,
el ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave Santa de tu Santa Puerta.
En la Iglesia del Cristo del Consuelo en Guayaquil se han dado miles de milagros, así se comenta en las páginas referidas a la devoción: «Lisiados que lograron mover sus brazos y piernas, mudos que hablaron, ciegos que recuperaron la visión, enfermos incurables que sanaron, desempleados que consiguieron trabajo son algunos de los milagros que se le atribuyen».
El padre René agradece a todos los que colaboraron para que este hermosa obra se concrete en nuestra humilde parroquia San Vicente Pallotti de Empalme Lobos, Buenos Aires, Argentina, y que Jesús conceda aquí también muchas gracias y bendiciones.



