“Hola Padre René: le cuento la enfermedad de mi esposo Remigio Varela. Empezó en junio, cuando se queda sin voz. Le hacen los estudios y sale que por el cigarrillo tenía tumor de laringe. De orden en orden, con la obra social, se pasa el tiempo y veníamos en caída. Lo peor fue cuando en febrero se descompone mi sobrino de 2 años medio y el diagnóstico es leucemia. Ya era tremendo, fuimos a verlo a usted Padre, con mucha fe en que iban a salir. Y fue algo que día tras día Faustino (mi sobrino) empieza con quimio venosa y el 5 de mayo, casi un año después, operan a mi esposo.
Sale bien y ¡oh sorpresa!, cuando se hacen los estudios habían quedado secuelas del tumor. Rápido a hacer 4 quimios y 35 radioterapias. En ese ínterin, Faustino termina con la quimio venosa y empieza con pastillas. Era un milagro de Dios y la Virgen que ya no tuviera la enfermedad, aunque el tratamiento sigue por un tiempo largo, pero ya va al jardín y está perfecto mi bombón.
El día 5 de diciembre se le hace el control de la radioterapia a mi esposo y llevamos los resultados a las oncólogas. Y las dos nos dicen lo mismo: increíble, no quedan secuelas del tumor, fue un shock que no entendía…
Y nos dicen las doctoras: ¿saben qué significa esto? Que está curado, ya no quedan secuelas del tumor…
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Mil gracias Padre por acompañarnos en este tan duro trance. El año pasado me saqué una foto con usted y la Virgen de San Nicolás en San Pedro y mientras viajábamos a Bs As con mi esposo todos los días yo decía que Ud. iba conmigo rezando…y así fue…mil gracias a todos: Padre René, a sus colaboradores, que más de una vez tuve sus hombros para llorar, y ayer para festejar nuestra alegría…
Mónica Aicardi de Varela. Nuestros hijos: Luciano, Cristian y Camila.”