La maternidad es un anhelo profundo que habita en muchos corazones, y para Valeria, este deseo era una fuente constante de angustia. La dificultad de enfrentar la realidad de no poder concebir un hijo la llevó a tomar el mejor camino… recurrir a su fe. Participando activamente en las Misas de sanación, Valeria aumentó su confianza y experimentó un profundo abandono en los planes de Dios frente a Jesús Sacramentado.  A continuación, les compartimos su testimonio en la parroquia en el año 2016.

   Siete años han transcurrido desde que Valeria experimentó el regalo de la maternidad de una manera que solo la fe puede explicar. La llegada de Francisco, su hijo tan esperado, fue un acontecimiento providencial, ya que su nacimiento coincidió con el día de San Francisco de Asís, el mismo nombre que Valeria había pensado para su hijo. Hoy, Francisco está a punto de cumplir 7 años y ya asiste a primer grado en la escuela. Es un niño excepcional, lleno de bondad, docilidad y alegría. Su habilidad para compartir con los demás es un testimonio de su carácter amoroso. Además, es devoto de la Virgen y siempre tiene presente a Dios en su vida. Una anécdota que refleja su profunda fe ocurrió cuando tenía 3 o 4 años: durante un repentino corte de luz que lo sumió en la oscuridad, Valeria lo vio rezar fervorosamente, pidiendo que vuelva la luz. Su oración fue respondida en poco tiempo, y desde ese momento, Francisco siempre ha mantenido vivo su amor por Dios y la Santísima Virgen.

    La historia de Valeria es un testimonio conmovedor de cómo la fe, la oración y el abandono en los planes de Dios pueden llevarnos a experiencias verdaderamente milagrosas. Para aquellos que anhelan ser padres, recordemos que en cada desafío y en cada espera, hay una oportunidad para fortalecer nuestra fe y confiar en los caminos misteriosos y hermosos de Dios. Aprendamos de Valeria a rezar con el corazón, a no desesperar y, sobre todo, a abandonarnos con confianza en los planes divinos. En Su tiempo perfecto, Dios puede sorprendernos con los regalos más maravillosos.