🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Jueves 13 de agosto de 2020
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (18, 21-35; 19, 1):
«En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano cuando me ofende? ¿Siete veces?»
Jesús le respondió:
«No te digo siete veces, sino setenta veces Siete.
Porque con el Reino de los cielos sucede lo que con aquel rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como no podía pagar, mandó que lo vendieran a él, a su mujer y a sus hijos, y todo cuanto tenía, para pagar la deuda. El siervo se echó a sus pies suplicando:
«Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo».
El señor tuvo compasión de aquel siervo, lo dejó libre y le perdonó la deuda. Nada más salir, aquel siervo encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios; lo agarró y le apretaba el cuello, diciendo:
«Paga lo que me debes».
El compañero se echó a sus pies, suplicándole:
«Ten paciencia conmigo y te lo pagaré».
Pero él no quiso, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara la deuda. Al verlo sus compañeros se disgustaron mucho y fueron a contar a su señor todo lo ocurrido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
«Siervo miserable, yo te perdoné toda aquella deuda, porque me lo suplicaste. ¿No debías haberte compadecido de tu compañero como yo me compadecí de ti?»
Entonces su señor, muy enojado, lo entregó para que lo castigaran hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con ustedes mi Padre celestial si no se perdonan de corazón unos a otros».
Cuando Jesús terminó este discurso, salió de Galilea y se dirigió a la región de Judea, a la otra orilla del Jordán.»
Nos viene bien lo que dice Jesús al comienzo de este evangelio, para aprender a perdonar.
El Señor es muy claro, tenemos que perdonar siempre. Eso también nos lo enseña con la oración del padrenuestro: «perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
Si guardamos rencor, enojo, bronca, venganza, esas faltas de caridad nos pueden perjudicar la salud del alma, que fue creada para amar.
Hay muchos ejemplos de perdones heroicos: santa María Goretti al joven que estaba acabando con su vida; san Juan Pablo II al francotirador que lo quiso asesinar.
Por eso es más importante la misericordia que los sacrificios, el amor a los enemigos traerá más bendiciones que estar con nuestros «amigos» que son tibios y no nos ayudan en el camino de la santidad.
Pidamos a nuestra Madre Santísima la gracia de perdonar y rezar por aquellos que no nos quieren. A.M.D.G.