🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Jueves 8 de octubre de 2020

Evangelio según San Lucas (11, 15-26): «Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: «Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio».

Tomaremos la última parte del evangelio donde nos dice Jesús que si descuidamos nuestra alma, después de haber sido liberada, puede ponerse siete veces peor.

Cuando dejamos de lado el pecado nunca tenemos que mirar para atrás, extrañar nuestra vida mundana.

Hoy nos dice el evangelio que si dejamos de alimentar nuestra alma con la oración, la eucaristía, la gracia de Dios, nuestra alma va a estar vacía y el daño va a ser mucho mayor.

En mi misión de liberación tuve estos casos y lamentablemente es así, las personas ya liberadas descuidan la oración de los rosarios que se les pide que hagan frecuentemente, no reciben la comunión diaria, y tantas otras prácticas espirituales que son necesarias para la nutrición de sus almas.

Después de una liberación, especialmente después de una vida pecaminosa, si o sí tenemos que edificar sobre roca, así nuestra casa no se caerá.

Hoy tenemos presente a San John Henry Newman. Cito una frase de él:

“Se les dice a los cristianos, no solamente que no se depriman ante sus sufrimientos sino que se alegren. Más aún, que se alegren no sólo porque la aflicción sea una disciplina que conduce a un bien futuro, sino porque es un privilegio presente, el privilegio de ser hechos semejantes a Cristo.”

Pidamos a este santo la gracia de fortalecer nuestra alma y de ser santos . A.M.D.G.