🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Lunes 20 de julio de 2020
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (12, 38-42): «En aquel tiempo, unos escribas y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver una señal hecha por ti». Jesús respondió:
«Esta generación perversa e infiel reclama una señal, pero no tendrá otra señal que la del profeta Jonás. Pues así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
Los ninivitas se levantarán en el día del juicio contra esta generación y la condenarán, porque ellos hicieron penitencia al escuchar la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más importante que Jonás. La reina del Sur se levantará en el juicio contra esta generación y la condenará, porque ella vino del extremo de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más importante que Salomón».
Jesús nos habla de esta generación que es malvada y adúltera. Así son muchos católicos en este tiempo en que vivimos, ya que mezclan nuestro cristianismo con religiosidades paganas o anticristianas. Esto se da hasta tal punto que esta generación se convierte en malvada porque incluso pide la aprobación del cielo para hacer la religión a su medida.
Cada vez proliferan más los catolicos bautizados que practican el yoga, el reiki, las constelaciones, etc. ¡Cuánta oscuridad mezclada con nuestra vida católica! Por eso es una generación adúltera que busca otras divinidades. Ya no se adora únicamente a Dios Nuestro Señor.
¡Cuán malvada se ha vuelto esta generación! Por eso no nos sorprendamos si Dios actúa con su justicia.
Cuánto ataque al verdadero católico, muchas veces perseguido por sus propios hermanos. No se soporta a las almas santas, a las almas que predican la verdad, se ataca a los que defienden la vida, el noviazgo casto, la santidad matrimonial, atacan al verdadero sacerdote. Por eso se ha vuelto esta generación malvada y adúltera.
Pidamos a nuestra Madre Santísima ser fieles a la santa doctrina de la Iglesia y no vivir en un estado de tibieza. Pidamos la gracia de renunciar a todo lo que ofende a Dios. A.M.D.G.