🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Martes 21 de julio de 2020
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (12, 46-50): «En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces:
«Oye, allí fuera están tu madre y tus hermanos y quieren hablar contigo».
Pero él respondió al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, señalando con la mano a sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».
Cuando las personas que nos rodean hacen la voluntad de Dios y no viven en pecado, cuando tienen una gran caridad y fe, realmente nos encontramos con una familia espiritual. Ellos son como hermanos, hermanas, madre, inclusive más que nuestros propios parientes, que muchas veces no son practicantes.
Por eso Jesús dice: «éstos son mi madre y mis hermanos». Ya que todos los que hacen la voluntad del Padre celestial pertenecen a su familia.
Cuando nos encontramos con almas que verdaderamente hacen la voluntad de Dios es una gracia muy grande porque se puede vivir un ambiente de mucha caridad y humildad, y la convivencia se hace muy santa, se nota la madurez espiritual en estas almas, no hay nada de egoísmo ni envidia, ni celos, ni intereses, etc. trabajan todos para el Reino de los Cielos.
En cambio, las otras almas que no buscan la santidad como nos pide Jesús, que nos dice: «sed santos como vuestro Padre Celestial es santo» ( Mt. 5, 38-48), son muy dañinas, porque aunque se llamen a sí mismas católicas, viven juzgando y hablando mal de sus hermanos.
Pidamos a nuestra Madre Santísima la gracia de hacer siempre la voluntad de Dios, porque es el mismo Hijo de Dios quien nos lo enseña en la oración del Padrenuestro. A.M.D.G.