🗡️ESPADA ESPIRITUAL
Miércoles 9 de septiembre de 2020
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 20-26): «En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo:
«Dichosos los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tienen hambre, porque serán saciados.
Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.
Dichosos serán cuando los hombres los aborrezcan, y los excluyan, los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo; pues así trataron sus antepasados a los profetas.
Pero ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque tendrán hambre! ¡Ay, de los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay, cuando todo el mundo los alabe!, porque de ese modo trataron sus antepasados a los falsos profetas».
Nos vamos a quedar con la primera bienaventuranza: «Dichosos los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios».
Cuando dejemos este mundo no nos llevaremos nada de nuestras pertenencias. Este pensamiento nos tendría que hacer pensar que cuanto más desapegados estemos de este mundo, más unidos a Dios estaremos.
Ese amor terrenal no nos deja amar a Dios con todo nuestro corazón. Por eso Jesús nos dice que son felices los pobres de espíritu, y a ellos les pertenece el Reino de los cielos.
Esta bienaventuranza no nos pide solamente un desapego de lo material sino también un desapego afectivo.
Esto tiene que darse para que tengamos una santa unión con Dios. Un apego desordenado arruinaría toda nuestra vida espiritual.
Pidamos a nuestra Madre Santísima la gracia de un desapego total a todas las creaturas, para lograr una santa unión con Dios. A.M.D.G.