A simple vista, Halloween podría parecer una festividad inofensiva y divertida, con niños disfrazados y dulces a la vista. Sin embargo, lo que subyace en esta celebración es un lado oscuro que muchas personas desconocen. Halloween es el día para la realización de ritos y actividades satánicas a nivel mundial. Como lo han expresado sacerdotes exorcistas, es considerada la celebración del nacimiento de Satanás, donde se intenta imitar la natividad del Todopoderoso, pero desde una perspectiva maligna. El fin de esta celebración es introducir de a poco a los niños en el ocultismo satánico.

CONSECUENCIAS | Participar en prácticas o juegos asociados con Halloween, aunque parezcan inofensivos en un principio, llevan a una consagración inadvertida al maligno. Las consecuencias pueden no ser inmediatamente evidentes, pero a menudo se manifiestan a través de síntomas como trastornos obsesivos, parálisis del sueño, ansiedades, rechazo a lo sagrado, frustraciones, pesadillas, depresiones, entre otros.  El padre René Cari, con una larga trayectoria en exorcismo y liberación, advierte que la influencia satánica en estas celebraciones puede avanzar hacia lo que se conoce como «acción extraordinaria del demonio», que incluye la obsesión diabólica, la posesión y la vejación.

ENGAÑO |  En Halloween, se ve a niños, y a veces incluso a adultos, disfrazados de seres horribles y temerarios, yendo de casa en casa con la frase «trick or treat» (truco o trato). Sin embargo, lo que puede parecer una inocente solicitud de golosinas encierra una práctica que merece una reflexión más profunda. La costumbre sugiere que si no se les da una golosina, los visitantes pueden llevar a cabo un «truco» o maldad en contra de los residentes del lugar.  ¿Está bien enseñar a nuestros hijos a «chantajear» a las personas para obtener lo que desean?. Es esencial que los padres reconozcan la verdadera naturaleza de esta celebración, que tiene sus raíces en prácticas paganas y anticristianas. Como bien se señala en las Sagradas Escrituras, el maligno es el padre de la mentira, un seductor por excelencia, capaz de vestirse de bien e inocencia para engañar y corromper sutilmente a los más vulnerables. 

CONCLUSIÓN |  Mientras que las celebraciones satánicas y la maldad oscurecen el camino de la humanidad, la llamada de Dios es hacia la luz. Dios anhela que todos los niños y, de hecho, todas las personas, conozcan esta verdad y sigan un camino que conduce a la plenitud del alma, es decir, a la santidad… Podemos tomar inspiración en ejemplos de niños que alcanzaron la gran unión con Dios, como Santo Domingo Savio, los pastorcitos de Fátima, San José Sánchez del Río, Beata Imelda Lambertini, Santa María Goretti, entre otros. En última instancia, la elección está en nuestras manos, y al elegir la santidad, nos acercamos al Dios que nos ama infinitamente y nos promete su ayuda permanente en la tierra y la felicidad eterna en el Cielo.