“Hola soy mamá de Valentina Sotelo, una nena de 7 años de edad. Vale es una paciente con problemas crónicos de salud y entre estos problemas había uno que era totalmente imposible de ser detectado por los médicos neurológicos. Después de varias internaciones y estudios de la cabecita los médicos del hospital Garrahan deciden pronosticar que Vale sufre de “seudocrisis.”

Fue derivada y de echo está siendo atendida por salud mental de dicho hospital, por una psiquiatra de aquí, de nuestra ciudad de Junín, y por una psicóloga. Valen tenía como crisis de ausencia y en otros momentos crisis de autoagresión. Dejó de ir a cumpleaños y en el colegio me avisaban la cantidad de veces que le agarraban estas supuestas crisis.

Nos empezó a llamar la atención cuando las crisis se hacían más frecuentes y más largas, cuando notábamos que Valen empezó a sacar fuerzas increíbles en su ser, hasta tenemos que estar 3 personas sosteniendo las manos para que no se lastime. Ya casi no dormía por las noches y las pocas veces que dormía empezaba a gritar diciendo que él venía…

Hasta que una noche empezó a hablar en un idioma raro, que nos sorprendió. Con mi marido vimos que su mirada era fija y sus ojos estaban rojos…en una de sus crisis que duró más de 15 minutos mi hijo mayor le preguntó qué sentía. Entre lágrimas nos confesó que se le presentaba un hombre de capa negra, muy feo y que le hacía señas diciendo lo que debía hacer. Y si no lo hacía nos iba a matar y que no nos contara porque él iba a vivir dentro de ella.

Ante semejante situación empecé a buscar socorro, hasta que le comenté mi caso a Mauro, un buen señor de la comisión de la escuela de mi nena, quien es el que me hace contactar con el padre René Cari. Así lo hago, le mando vídeos de mi niña en plena crisis y la confesión que me hace de este supuesto hombre que se le aparece. El padre automáticamente me da una primer entrevista en la que Valen no manifiesta nada.

Pero volvemos a casa y a partir de ese encuentro las cosas empeoran y mi hija me dice que este famoso hombre está muy enojado porque la llevó al sacerdote. Vuelvo a contactarme con el padre y el padre decide entonces hacer en una capillita aparte con 5 oradores una oración de exorcismo. Valen mira fijo al padre, las luces no se prenden, pero ellos firmes tratando de ayudar a Valen, orando y orando. En un momento reacciona mi niña, se calma, las luces de la capilla se prenden y Valen sale perdida, sin saber qué le pasó.

¡Hoy Valen es una nena que ríe, canta, juega, duerme como un bebé!

El temor sigue en nosotros, porque vivimos mucho tiempo esta mala experiencia, pero mi hija hoy está bien. Cada noche reza al Arcángel San Miguel, como el padre le dijo, reza su Padrenuestro y su Ave María… como en agradecimiento a Dios y al padre René.

¡¡Hoy estoy agradecida a mi padrecito…hoy estoy agradecida a Dios!!”