Esta antigua película relata la vida del patrono de los agricultores del mundo.

            Sus padres eran unos campesinos sumamente pobres que ni siquiera pudieron enviar a su hijo a la escuela. En casa le enseñaron a tener temor a ofender a Dios y gran amor hacia el prójimo, un enorme aprecio por la oración y por la Santa Misa. Se casó con una sencilla campesina que también llegó a ser santa y ahora es conocida como Santa María de la Cabeza.

            Isidro se levantaba muy de madrugada y nunca empezaba su día de trabajo sin haber asistido antes a la Santa Misa. Varios de sus compañeros muy envidiosos lo acusaron ante el patrón por “ausentismo” y abandono del trabajo. El señor Vargas se fue a observar el campo y notó que sí era cierto que Isidro llegaba una hora más tarde que los otros, pero que mientras Isidro oía misa, un ángel le guiaba sus bueyes y estos araban juiciosamente como si el propio campesino los estuviera dirigiendo.

            San Isidro, esposo, padre y labrador, logró realizar extraordinariamente todo lo ordinario de su vida. Un gran ejemplo para todos los laicos.

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