Para los enamorados de María, el Santuario de San Nicolás es un oceano de paz, el lugar donde el alma se eleva y los ojos se humedecen cuando se alzan en búsqueda de la más bella flor de la Argentina. La imagen de la Virgen de San Nicolás es apenas un reflejo de la hermosura de Nuestra Madre Celestial.

     El domingo pasado, a pocos días de la fiesta de la Inmaculada Concepción, toda la Obra de amor por los que sufren nos dirijimos hacia allí una vez más en acción de gracias y llevando montones de enfermos para ser curados de tantos males que los afligen. Si, nuestra fe en la Santísima Virgen es enorme tras haber presenciado grandes liberaciones y milagros a sus pies.

    Varios colectivos salieron desde diferentes ciudades de la provincia de Buenos Aires desde la madrugada del día domingo.

 Con el entusiasmo de la llegada a la ciudad de la Virgen, todos salimos al encuentro de su imagen peregrina que fue trasladada en procesión hasta el Santuario.

   A la hora del Angelus se dio comienzo a la Santa Misa por los enfermos, donde junto al reinado de la Virgen apareció nuestro Sumo y Eterno Rey. En la homilía, el Padre René hizo referencia a la necesidad de convertirse de corazón y comenzar un sincero camino de fe. Luego y con un Templo repleto, Jesucristo Eucarístico recorrió todos los bancos recibiendo la adoración de cientos de fieles peregrinos.

   Al finalizar la Santa Misa, el Padre René invitó a todos los peregrinos al campito para realizar la oración de intercesión pidiendo a la Virgen sanación y liberación. La imagen peregrina y la Niña Infantita acompañaron la oración de nuestro sacerdote.

   Damos gracias de todo corazón al Padre Celestial, a Nuestro Señor Jesucristo, a la Virgen y a todos los santos y ángeles intercesores de la Obra por todas las gracias derramadas durante la jornada en el Santuario. Esperamos haya sido de mucho provecho espiritual para todos.

   ¡¡Bendita sea por siempre Nuestra Madre del Cielo!!

   Hasta la próxima, si Dios quiere.