El mal nos acecha constantemente, manifestándose de diversas maneras y adoptando nuevas tácticas para influir sobre todos nosotros. Su presencia es sutil y persistente, como se nos enseña en varios pasajes bíblicos, como 1 Pedro 5, 8: «Vigilad constantemente, pues el demonio esta rondando cerca de vosotros como león rugiente, que busca a quien devorar».

 EL ENCANTO ENGAÑOSO

      Todos queremos ser felices y evitar el sufrimiento. Pero siempre, el enemigo astuto nos desvía del amor verdadero hacia Dios, fuente de toda felicidad, y nos hace desear mucho las cosas del mundo, como el dinero, la salud, el poder, el reconocimiento… Este enemigo nos lleva por un camino lleno de deseos falsos, donde nos aferramos a cosas que no son importantes. Al caer en esta trampa, nos alejamos de Dios y nos perdemos en prácticas engañosas que prometen cosas que no pueden cumplir. En este ambiente, abundan las mentiras y las ilusiones…

        Aunque sería imposible mencionar todas las prácticas engañosas, a modo de ejemplo, nombraremos algunas como la santería (brujería centroamericana), el vudú, el yoga, la alquimia, el reiki, la antroposofía, la aromaterapia, los astros energéticos, la fotografía del aura, la astrología, la acupuntura, terapias holísticas, la sanación de chakras, la terapia de piedras preciosas, iluminación intensificada, círculos de fuego, el feng shui, canalización o mediumnidad, la lectura de manos, la homeopatía, el horóscopo, huna, el I-Ching, el tantra, el análisis kármico, la terapia con cristales, lunatismo, la numerología, la terapia de polarización, lectura del tarot, telekinesia, telepatía, la pulsación tibetana, mentalismo, watsu. Podríamos tomar cada una de estas prácticas y mirarlas telescópicamente, pero al final del examen vamos a encontrar el mismo resultado: son hijas del diablo.

EL QUE AVISA, NO TRAICIONA

    El demonio intenta copiar a Dios, pero al revés. Mientras que Dios respeta nuestra libertad, el maligno nos hace esclavos. Dios convierte grandes males en grandes bienes, pero el demonio convierte pequeños bienes en males aún peores en nuestras vidas. Cuando permitimos la entrada de uno de estos males, aunque parezca pequeño, se van acumulando y nos traen cosas aún más dañinas. Es abrir una puerta a lo malo lo que conduce a más problemas en nuestras vidas, tanto físicos y/o espirituales.

     Aunque alguien no se dé cuenta de que está involucrado con el demonio, es importante entender que al participar de rituales, brujería o hechicería, medicinas alternativas, y/o cualquier práctica oscura, uno asume responsabilidad; incluso no conociendo la realidad y haciéndolo de buena fe… el mal actúa igual. Dios prohíbe claramente estas prácticas en la Biblia, como se dice en Dt. 18, 10-15: «No ha de ver dentro de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, ningún encantador, ni quien consulte espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yavhé tu Dios…»

CAMINO DE LUZ

      Recordemos que seguir los consejos del Evangelio nos lleva hacia la luz y la vida eterna. Confía en el amor de Dios y vas a encontrar la verdadera felicidad. Evita las prácticas relacionadas con la oscuridad, ya que abren puertas a influencias malignas que infectan nuestra alma y nos alejan de la gracia de Dios.